ANÁLISIS DE LECTURA - CTA 4° Y 5°
ESTIMADOS ALUMNOS, ESTOY COLOCANDO UNA LECTURA REFERENTE A UN TRABAJO CIENTÍFICO. DESPUÉS
DE REALIZAR LA LECTURA VAN A REALIZAR LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES
1.
REDACTA DE MANERA CONCISA Y COHERENTE UNA APRECIACIÓN CRÍTICA FRENTE A
ESTA SITUACIÓN SOCICIENTÍFICA, DEBES UTILIZAR CONCEPTOS CIENTÍFICOS (MÍNIMO 5
LÍNEAS)
2.
EVALUA LAS IMPLICANCIAS QUE PUEDE TENER EL PRESENTE SABER Y
QUEHACER CIENTÍFICO EN NUESTRA SOCIEDAD. (3 COMO MÍNIMO)
EL CIERRE DEL PRESENTE TRABAJO SERÁ EL SÁBADO 28/03/15 HASTA LAS 08:00 P.M
ME DESPIDO MIS QUERIDOS ALUMNOS, CUIDENSE MUCHO.
La conquista del desierto
Domingo, 18 de septiembre de 2011 | 5:00 am
Este hombre sueña con cubrir de árboles todos los desiertos del mundo. Se llama Pieter Hoff, tiene 58 años, nació en Holanda y en la última década le dio un giro a su vida. Pasó de ser agricultor y exportador de flores, a ser el inventor de un método simple pero eficaz para sembrar árboles en terrenos desérticos: el waterboxx, una caja que protege las raíces y les permite crecer, en los lugares más inhóspitos, gracias a que captura agua de la atmósfera.

Por Raúl Mendoza
“Quiero sembrar dos mil millones de hectáreas en todo el planeta; el mismo territorio que el hombre ha destruido en los últimos dos mil años”, dice Pieter Hoff, como quien habla de algo que se puede lograr en el lapso de una vida. Afirma que tiene razones para creer que ese sueño es posible: su invento, el waterboxx, una caja que capta agua del aire y evita que se evapore, permite que se puedan sembrar árboles o cualquier otra planta sobre terrenos áridos, desiertos e incluso sobre piedras. Su innovación ha conseguido reconocimiento mundial. El invento fue considerado “lo mejor de lo nuevo 2010” según la revista Popular Science –una de las más importantes en el mundo en divulgación científica– y se impuso a productos tan reconocidos como el iPad de Apple, el superauto Porsche 918 Spyder Green ecológico y otros inventos. Se resaltaba su aporte contra la desertificación del planeta, la escasez de alimentos y la amenaza del cambio climático.
Un bosque en Ancón
Hoy Pieter Hoff recorre el mundo difundiendo su método para aprovechar el agua de la mejor manera y convertir los desiertos y terrenos eriazos en verdes bosques de árboles de diverso tipo. Esa misión lo trajo a Lima la semana que pasó: la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad –que realiza labores de reinserción laboral con ex reclusos– lo invitó a Lima para dar vida a un proyecto planeado desde hace catorce años por su fundador, Hubert Lanssiers: un bosque de árboles frutales y otros productos para la exportación en las desérticas pampas de Ancón. La asociación logró que el gobierno peruano les cediera en uso 650 hectáreas dentro del Parque Nacional Ecológico Antonio Raimondi, que abarca 8 mil hectáreas. Allí darán vida a lo que una vez soñó el padre Lanssiers: un espacio libre donde ex reclusos, hombres y mujeres, puedan ejercer con dignidad un oficio. “Planeamos sembrar palta, tara y algarrobo en un principio. Y Pieter Hoff ha decidido colaborar con nosotros porque su tecnología disminuiría los costos”, explica Carlos Álvarez Osorio, actual director de la asociación. El último miércoles, después de tres días en el Perú y poco antes de tomar el vuelo de regreso a su país, Hoff visitó el lugar: un arenal inmenso al norte de Lima pero próximo al mar. Ese es su potencial. La neblina que se genera durante las noches y las madrugadas, aliada al waterboxx, es suficiente para hacer realidad ese bosque soñado. Hoff volverá en diciembre para sembrar los primeros 600 árboles con financiamiento del Fondo de las Américas. “Serán árboles que puedan dar fruto porque el bosque debe ser autosostenible”, dice Hoff. Si todo sale bien, el lugar puede servir incluso de proyecto piloto para que el gobierno se interese en el sistema y lo utilice en los terrenos aledaños.
El waterboxx

Hasta el 2003, Pieter Hoff era un agricultor y exportador de bulbos de flores. Pero, como todo hombre ligado a la naturaleza, siempre ha sido un agudo observador. Para su invento se fijó, por ejemplo, en que el excremento de animales como la vaca mantienen la humedad por debajo de ella y hasta generan un microclima en el que se desarrollan microbios y larvas que ayudan al desarrollo de las plantas. Una segunda observación fue que hay agua en la atmósfera –el principio es simple y conocido– y él se puso a pensar en diseños para capturarla. Así logró el waterboxx. Una especie de ‘incubadora’ que se ubica alrededor del tallo del árbol recién plantado. El waterboxx protege sus raíces y crea el microclima necesario para que pueda echar raíces profundas en el suelo. La forma del artefacto le permite captar agua de lluvia o de la neblina existente en zonas áridas, y almacenarla para proveer a la semilla de pequeñas dosis de agua a diario. “La caja crea un clima artificial. No se trata de una caja de milagros”, explica Hoff con humor. En sus pruebas pudo comprobar que la mayoría de plantas puede sobrevivir con una mínima cantidad de agua, pues estiran sus raíces, se aferran a la tierra y aprovechan la humedad natural del suelo más profundo. “La planta crece más lento, pero tiene hojas más fuertes, lo que las hace menos sensibles al ataque de los insectos. Un árbol regado con abundante agua puede crecer más rápido pero morirá en muy poco tiempo si esta le empieza a faltar. Un árbol de los nuestros puede sobrevivir 200 años con una cantidad mínima”, precisa Hoff. Para llegar a su diseño final el inventor holandés hizo pruebas en su país entre el 2003 y el 2006. Ese último año se trasladó al desierto del Sahara, en Marruecos, y allí probó varios prototipos junto a expertos de la universidad de Oujda. Al principio los árboles se morían porque faltaba regular el uso óptimo de la caja, objetivo que se alcanzó en el 2009. “Comprobé que, a pesar de las extremas condiciones del clima, el 90% de las plantas tratadas con la caja sobrevivió”. El resultado en plantas sembradas con riego normal fue inversamente proporcional: el 90% se murió. Hoff ha probado su waterboxx en otras zonas áridas del mundo y ha logrado lo mismo: árboles que crecen en medio del desierto. Además del mejor uso del agua (con la caja un sembrío requiere entre 15% y 20% de toda el agua que consumen otros tipos de riego), su invento también es un aporte en la lucha contra el hambre. “En el 2050 la población mundial llegará a 10 mil millones. Si hoy 900 millones sufren de hambre, imagínate lo que puede suceder si no aumenta la productividad alimentaria”, pregunta Hoff. Este hombre sueña con cubrir de verde dos mil millones de hectáreas. El waterboxx ya demostró su eficacia en zonas de difícil producción agrícola, como los desiertos de Atacama, en Chile; Mohave, en Estados Unidos; y el Sahara, en Marruecos. Lo mismo se ha podido comprobar en áreas similares de México, Ecuador, Francia, España, Kenia, Egipto, Bahrein e India.
El valor de una caja
Si bien cada caja cuesta 15 dólares, mediante convenios con gobiernos y dependiendo de la cantidad, el precio puede bajar a un dólar y medio, o hasta 75 centavos. Una caja puede durar unos diez años y en ese lapso ayudará al crecimiento de 10 a 20 árboles. “El ahorro en agua hace que la planta se pague sola”, explica Hoff. El hecho de que se puedan rescatar territorios impensados y hacerlos productivos le ha granjeado a Hoff el reconocimiento mundial, incluso entre expertos que han dedicado su vida a estudiar la gestión del agua o la desertificación. Él trabaja principalmente a través de convenios con gobiernos o universidades. Al partir de nuestro país se fue albergando un nuevo sueño: convertir en verdes los 30 mil kilómetros de la arenosa costa peruana. “Cuando hay árboles la condensación produce neblina y lluvias. Si reforestan toda esa zona en los próximos 50 años, ustedes podrían cambiar hasta su clima”. Por qué no hacer realidad el vaticinio de Pieter Hoff.
HOFF y el bosque
l Proyecto. Como parte de su visita al Perú, Hoff y directivos de la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad se reunieron el martes 13 con el ministro del Ambiente, Ricardo Giesecke. En la cita estuvieron presentes representantes de las embajadas de Holanda y España, que consideran financiar parte de la ejecución del proyecto Forestación, Ecología y Desarrollo Humano, Bosque Hubert Lanssiers. Trabajo. La asociación también podría conseguir fondos de entidades financieras como el BID. Ha recibido capacitación de la Cámara de Comercio de Lima y de la Universidad Agraria sobre producción, administración y exportación. “Nos han asesorado sobre la necesidad de ciertos productos en el mundo y la que habrá más adelante”, señala Carlos Álvarez, director de la Asociación. Ex reclusos. El bosque Hubert Lanssiers dará empleo a ex internos y jóvenes que ya no irán a prisión por delito menor. “Cuando el interno tiene una oportunidad de trabajo en prisión, la aprovecha. Por eso queremos darle una continuidad en la calle, para que no vuelva a delinquir”, afirma Álvarez.